domingo, 15 de marzo de 2009

LA ELECCIÓN DE LOS MEDIOS DE ENSEÑANZA


El valor de todos los procedimientos didácticos depende, en gran medida, de la elección de los medios adecuados que directamente pueden considerarse como las herramientas de enseñanza. Sin ellos, las clases son inanimadas a abstractas, un mero edificio verbal. Medios didácticos son todos los objetos que el maestro o los alumnos utilizan para su trabajo, sea que se elijan entre los exigentes, que se confeccionen a propósito, que se traigan de afuera o se busquen en su lugar.
Pueden servir como medios de enseñanza: minerales, plantas, animales, productos industriales, cuadros, libros, mapas, bosquejos, modelos, relieves, tablas, diagramas, películas, radio, cintas, discos, aparatos de proyección, de televisión, instalaciones audiovisuales y de laboratorios de idiomas etc.
Los medios didácticos se dividen en medios de enseñanza (medios de exposición) y medios de estudio (medios de trabajo), según que estén destinados para el maestro o para el alumno. Los medios de estudio se subdividen en medios de autoenseñanza y medios de ejercitación, según que sirvan a la elaboración autodidáctica de un nuevo tema o a la ejercitación en lo que ya se sabe. Si un objeto ha de considerarse como medio de enseñanza o de estudio, de autoenseñanza o de ejercitación depende enteramente de cómo se emplee, pues hasta cierto punto cualquier objeto puede utilizarse ya sea como medio de enseñanza o de estudio. Como los medios didácticos no son un adorno, sino medios de comunicación legítimos y a menudo imprescindibles ente la cosa y el alumno, el resultado de cada clase depende en gran parte de su elección adecuada. Al elegir los medios didácticos es preciso tener en cuenta:
A. El tema
B. El método
C. El nivel evolutivo psicológico de los alumnos.

a. Los medios didácticos tienen que corresponder al tema. Difícilmente habrá una clase en que se pudiera prescindir de todo medio didáctico sin menoscabas sensiblemente el resultado. Ya por la sola necesidad de una perfecta visualización como de la formalización del resultado, se impone una esmerada elección de los muchos medios que se ofrecen. La misión realmente urgente de educarlos para el manejo adecuado de esos medios u una actitud crítica frente a ellos, si se quiere evitar que sean arrastrados por la resaca de cualquier estímulo que se les ofrezca
b. Los medios deben estar adecuados. Algunos medios, por ejemplo, fotos recortadas de revistas, se presentan muy bien para el modo diferencial o individual pero, por su tamaño, tienen que fallar si se los utiliza para la enseñanza frontal. Otros son adecuados para el modo de presentar por ejemplo ciertos diagramas, pero no pueden emplearse para la autoenseñanza porque requieren detalladas explicaciones del maestro. El empleo de medios de autoenseñanza requiere, por lo general, instrucciones dadas verbalmente o por escrito. Sobra decir que el valor de tales medios depende en gran manera de la precisión de esas instrucciones.
c. Los medios didácticos tienen que adecuarse al nivel psíquico de los alumnos. A veces la situación educacional de una clase excluye, por ejemplo, un determinado ejercicio o juego que por su contenido sería apropiado, pero que por el modo de actuar podría desencadenar fuerzas peligrosas. Se sobreentiende que, de tener presentes los mencionados puntos de vista para la elección, un ligero diferencias e individualizar, así como un empleo unilateral de las formas de guiar, se prohíben de por si, pues a veces esos modos requieren medios didácticos en una cantidad que no posee ni la escuela mas rica y que tampoco puede confeccionar ni el maestro mas diligente. Tampoco debe desconocerse la importancia de la intuición interior, parte de la visión exterior, para el proceso formativo; el exagerado empleo de ilustraciones o películas puede hacer atrofiar la actividad de la imaginación. Por cierto, hay que evitar también la demasía. En caso contrario puede suceder que las exterioridades distraigan la atención de los alumnos del objeto mismo y del esfuerzo de pensar. En este contexto cabe señalar además que la utilización de medios didácticos no ha de llegar a tal punto que la enseñanza se vuelva impersonal u el maestro considere como sus funciones principales las de distribuir medios de enseñanza y de dar indicaciones de trabajo, como si fuera celador y lector de los trabajos que se le entreguen. Esto significaría desconocer en gran manera la importancia educativa de la influencia directa del maestro sobre la clase.
Es importante emplear los medios elegidos en el momento apropiado. Seria insensato y desconcertante presentar solo al final de la clase un medio de representación que aclara y d lugar a nuevas preguntas, o hacer juegos de repetición antes que el asunto mismo esté lo suficientemente claro. Igualmente ha de evitarse el empleo retrasado de los medios didácticos, preparándolos y reuniéndolos a tiempo. Respecto a la oportuna preparación y puesta a disposición de los medios de enseñanza diremos lo necesario.
Se entiende que el empleo adecuado de los medios didácticos presupone que el maestro se haya informado previamente acerca de ellos. Los medios didácticos constituyen un fundamento esencial para un estudio placentero y fecundo, a menudo ya por el solo hecho de impedir que la enseñanza desemboque en un mero palabrerío.
Por supuesto que sólo si dichos medios didácticos posibiliten o fomenten un enfrentamiento intenso con el objeto son más que un mero adorno