
Si un niño vive siendo censurado. Él aprenderá a condenar.
Si un niño vive siendo hostilizado. Él aprenderá a odiar.
Si un niño vive siendo un objeto de burla. Él aprenderá a ser tímido
Si un niño vive rodeado de una atmósfera de tolerancia. Él aprenderá a ser paciente.
Si un niño vive en un ambiente estable y estimulante. Él aprenderá a confiar en su propia
capacidad.
Si un niño vive siendo justamente elogiado. Él aprenderá a valorar las buenas cualidades de sus semejantes.
Si un niño vive recibiendo amor. Él aprenderá a amar a su prójimo a la vida y al mundo entero.
Si un niño vive siendo hostilizado. Él aprenderá a odiar.
Si un niño vive siendo un objeto de burla. Él aprenderá a ser tímido
Si un niño vive rodeado de una atmósfera de tolerancia. Él aprenderá a ser paciente.
Si un niño vive en un ambiente estable y estimulante. Él aprenderá a confiar en su propia
capacidad.
Si un niño vive siendo justamente elogiado. Él aprenderá a valorar las buenas cualidades de sus semejantes.
Si un niño vive recibiendo amor. Él aprenderá a amar a su prójimo a la vida y al mundo entero.
Bueno quise empezar con este pensamiento de la profesora Carmen G. Basurto, con la cual logré identificarme, ya que la importancia que le demos a nuestros niños debe ser significativa y al relacionarlo con nuestras lecturas del Tacto Pedagógico y El tacto y la enseñanza queda acorde a la ocasión.
Así pues los niños pueden apreciar con bastante exactitud la diferencia entre los profesores que son verdaderos y falsos.
El tacto pedagógico se manifiesta principalmente como una orientación consciente en cuanto a la forma de ser y actuar con los niños.
Por lo tanto, el taco incluye una sensibilidad de saber cuándo dejar pasar algo, cuándo evitar hablar, cuando no intervenir o cuándo hacer como que nos damos cuenta de algo.
Estar abierto a la experiencia del niño significa que hay que evitar tratar las situaciones de una manera estándar y convencional, significa que uno tiene que tratar de ver más allá de las perspectivas que tiene el adulto _ el profesor y el padre respecto a las experiencias del niño.
El tacto pedagógico trataría de ayudar a los estudiantes a desarrollar un interés intrínseco en todos los aspectos.
Un educador que tenga tacto se da cuenta que no es el niño, sino el profesor quien tiene que cruzar la calle para llegar al lado del niño.
En este caso es donde yace el significado de educare × conducir hacia × el mundo de la coincidencia, la responsabilidad, la madurez y la comprensión.
Algunas veces, los profesores no nos damos cuenta de cómo influimos en nuestros alumnos, incluso en aquellos que menos imaginamos.
La influencia es tan sutil que en la rutina de la vida diaria no llegamos a notarlo hasta que, una vez en casa, nos damos cuenta por un sorprendente incidente o reconocimiento.
una experiencia que se puede olvidar es una experiencia que no se vuelve discontinua con las demás experiencias y, por lo tanto, no es discontinua con el sentido de nuestra propia identidad.
Las experiencias discontinuas son las experiencias que han dejado heridas profundas y dolor en la historia personal de un sujeto.
Un educador tiene que creer en los niños, tiene que creer en la posibilida y la bondad de los niños de los que es responsable.
Si creo en un niño, lo refuerzo, naturalmente siempre y cuado el niño sienta mi confianza como algo verdadero y como algo positivo.
El tacto descubre lo que es único y diferente de un niño e intenta resaltar su singularidad.
Un profesor que generalmente actúa con tacto ha aprenddo a confiar en s´mismo en situaciones y circunstancias siempre cambiantes. Y lo que es mas importante, este tipo de profesor sabe comunicar esta seguridad a sus alumnos.
El tacto pedagógico es una forma de actuar en la educación. Se refiere a las formas en que los padres y madres pueden actuar en las relaciones de enseñanza aprendizaje.
El tacto pedagógico representa las diversas formas en que cualquier adulto puede actuar de manera pedagógica en la gente joven.
El tacto significa retirarse cuando sea posible, pero mantenerse disponible para cuando las situaciones se vuelven problemáticas. Algunas veces los profesores no nos damos cuenta de cómo influimos en nuestros alumnos.
El método de enseñar aprender una materia concreta tiene consecuencias por la forma en que se aprende el contenido.
El tipo de discurso que gobierna un aula o una escuela puede evitar o contribuir, una sensación de contacto entre los profesores y los niños. Este clima está en función de la relativa presencia o ausencia de un cierto tacto en la forma.
El silencio en el tacto no significa que uno se niegue sistemáticamente a hablar, sino que uno se da cuenta que hay momentos en que es más importante no dar opciones, puntos de vista personales, consejos o hacer cualquier otro comentario.
La solicitud y el tacto pedagógico so las habilidades conscientes que permiten a un profesor actuar de manera improvisada en las situaciones educativas, que siempre están cambiando.
Las situaciones educativas con siempre variables porque los estudiantes no son nunca los mismos, el profesor no es nunca el mismo, el ambiente no es siempre el mismo, el tiempo no es siempre el mismo.
El tacto proporcona una forma nueva e inesperada a las situaciones imprevistas. Preparar una clase no consiste en programar un guión inflexible. Planificar es considerar detenidamente, anticipar, imaginar cómo pueden ir las cosas, cómo pueden experimentar o ver las cosas los niños. En situaciones imprevistas el profesor tiene que saber instantáneamente que decir o hacer para poder con tacto, modificar o reorientar la clase de forma responsable y receptiva desde un punto de vista pedagógico.
Un buen profesor nota que la experiencia que tienen sus alumnos de la clase determina la significación última de lo que está aprendiendo.
El tacto le permite a uno discernir el elemento significativo de un momento pedagógico. Es probable que un profesor que tiene sentido completo de lo que es valioso desde un punto de vista pedagógico.
No son sólo los padres, los profesores y otros educadores los que dejan huella en el niño. Son muchas las experiencias de una persona que está madurando las que contribuyen positiva o negativamente en el carácter y la personalidad.
La educación que verdaderamente merece denominarse asi es, en esencia, la educación del carácter.
La pedagogía siempre concierne al individuo: quién es el niño y en quién se está construyendo.
Los profesores tienen que ser capaces de asumir que es probable que alo no se entienda o que se malinterprete, o que se entienda de manera diferente, en las situaciones concreta es importante notar que dificultades específicas tiene u alumno en particular con conceptos.
El tacto significa ser sensible a la interpretación del niño, a su estado mental. Solo cuando un profesor ha captado la interpretación de un niño, puede saber como transmitir el concepto nuevo a este niño. En realidad tener tacto es encarnar la propia situación concreta.
En general esta lectura me pareció interesante, ya que gracias a esto pude imaginar un poco la forma en que mis alumnos pueden llegar a pensar, sentir, las cosas que les gustaría aprender, la forma en que lo desearían saber. Creo que debemos ponernos siempre en el lugar de los niños, aprendiendo diariamente de ellos, de todo lo que hacen y sucede en su entorno.
Podría aplicarlo desde la vida diaria, pero sobre todo en mis prácticas pues el tomar en cuenta las opiniones de los demás es una forma nueva y estable de convivir dentro del aula.
El tacto pedagógico (Max Van Manen)
El tacto en la enseñanza. (Capitulo 7)
La practica de la pedagogía
pp. 159-192, 193-213
El tacto y la enseñanza (Max Van Manen)
El tacto en la enseñanza. (Capitulo 8)
La practica de la pedagogía pp. 193-2
El tacto en la enseñanza. (Capitulo 7)
La practica de la pedagogía
pp. 159-192, 193-213
El tacto y la enseñanza (Max Van Manen)
El tacto en la enseñanza. (Capitulo 8)
La practica de la pedagogía pp. 193-2